LAS LLUVIAS NO TERMINAN DE LLEGAR

“Hoy, los cultivos de soja se encuentran en su mayoría en la etapa reproductiva final, en momentos donde la necesidad de agua se hace fundamental para lograr definir rendimientos, y la realidad es que la falta de humedad está complicando mucho las cosas”, dijo Fernando Ledesma, técnico del Programa Granos de la Eeaoc.

“Las sojas que se pudieron sembrar en diciembre, con sojas de grupo corto, hoy están entrando en R6, R7;, en maduración las cosas están bien, porque definieron su rendimiento, pero aquellas que vienen atrasadas las cosas se complican. El grueso de la superficie que se sembró después de Navidad y Año Nuevo, están demoradas y a la espera de precipitaciones nuevas que alivien el problema. Están en llenado y formación de vainas, por lo que el agua es indispensable”.

Lo cierto es que la actual campaña se inició, en general, con la “implantación de lotes con soja de manera demorada debido a la falta de precipitaciones, ya que estas marcaron el ritmo, siendo en su mayoría precipitaciones tardías, irregulares e insuficientes”.

Debido a esta situación, podemos decir que “el mayor porcentaje de lotes con soja fueron implantados en fechas tardías. Esta situación ocasiona, en términos generales, plantas de menor porte, que a su vez se asocian con disminuciones en las cantidades de vainas y semillas, lo que está marcando un techo en el rendimiento”, a lo que se suma ahora un déficit muy grande en la etapa final de la fase reproductiva que es el llenado de granos.

El mosaico de fechas de siembra de la soja es muy grande, y las situaciones que hoy tienen los cultivos también son variables, la mayoría con estrés hídricos, en algunos lotes y zonas muy marcados.

Lo bueno que “sucedió después de las siembras es que durante enero y febrero mejoró el aporte hídrico, y se notó una recuperación en el cultivo”.

Pero, “en el presente mes de marzo, nuevamente estamos ante un período de escasez de lluvias, que está afectando al cultivo” en todas las zonas de producción.

“La situación es difícil pero se acentúa aún más en el sur, ya que las lluvias al principio del ciclo tardaron más, fueron más irregulares, y lo que llovió luego a partir de enero también tuvo registros menores”, por lo que la actual situación es más difícil todavía.

La realidad es que “el déficit de agua es importante, por lo que si se dan en los próximos días seguramente las cosas se aliviarían en gran parte, pero si no se dan la situación puede ser muy crítica” debido a que la mayoría de los cultivos de soja están en una etapa fundamental para definir rendimientos. “Los suelos ya tienen poca humedad y en algunos casos nada y, ya se empiezan a ver los primeros síntomas de estrés con rodales y manchones de plantas muy sufridas y acartuchadas”.

Sería fundamental que se produzcan lluvias en los próximos días para mejorar la situación del cultivo, el cual comenzó a estresarse ante la falta de humedad.

Afortunadamente no se registraron temperaturas muy elevadas, que habría resultado en una combinación muy perjudicial.

“En el aspecto sanitario, la demora en la implantación, también retrasó la aparición de plagas y enfermedades”,comentó Ledesma.

Los “yuyos” difíciles

Las malezas siguen siendo un aspecto fundamental en cuanto a su control y diseminación. “Al inicio de la campaña se dificultó su manejo por el aspecto hídrico que comentábamos, ya que la realización de los barbechos se vio afectada. Algunos productores tuvieron que repetir tratamientos, o recurrir a productos quemantes para limpiar de malezas los lotes”.

Con respeto a los insectos, la aparición de “picudos” se demoró, y luego siguió el ritmo de las lluvias, obligando a realizar aplicaciones para su control. Actualmente, se tiene que continuar con los monitoreos ya que aún puede ocasionar mucho daño en la semilla.

Las “orugas” aparecieron al principio en los lotes implantados temprano en soja no Bt, con bolilleras (Helicoverpa) y Loxosteges. Pero, en general, se manifestaron tardíamente y con menor presión, comparando con otras campañas. Se dificultó su control debido a la imposibilidad de efectuar aplicaciones que lleguen a la parte baja e intermedia de la planta.

Respecto a las “enfermedades”, la presión es baja y salvo la detección de la “roya” en el norte de Salta, no hay situaciones alarmantes que merezcan un control. De todas maneras, muchos productores realizaron de manera preventiva fungicidas para controlar fundamentalmente “enfermedades de fin de ciclo”.